jueves, 15 de junio de 2017

Dos accidentes graves en menos de una semana

Lamentablemente nos hacemos eco de los dos accidentes acaecidos en el astillero de Navantia en Puerto Real en menos de una semana. Ante hechos como estos, uno se queda sin palabras. Pasa del estupor a la indignación y al vacío mental.

Poco se puede decir que no se haya dicho ya y que, por obligación y convicción, continuaremos repitiendo hasta la saciedad, pero en primer lugar, y sobre todo, desde esta Sección Sindical queremos manifestar a los compañeros accidentados y a sus familias nuestra solidaridad y apoyo incondicional en lo que sea menester.

El primero de los accidentes tuvo lugar el pasado viernes cuando un compañero de Ditecsa que realizaba labores de mantenimiento en una de las plataformas para transporte de bloques, sufrió quemaduras en parte de la cara y brazos, al producirse una deflagración a causa de un escape de aceite a presión. Actualmente se recupera de las heridas sufridas en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, aunque posteriormente tendrá que someterse a diversas operaciones por las lesiones en los brazos.

El segundo de los accidentes se producía el pasado martes sobre las dos de la tarde. Un tubo de considerables dimensiones se desprendió de las eslingas al ser trasladado, al parecer por una máquina inadecuada para tal fin, alcanzando a un compañero de Gaditana de Chorro y Pintura que, tras ser evaluado en la enfermería de la planta, fue trasladado al Clínico de Puerto Real en primera instancia y al Hospital Universitario Puerta del Mar, donde a pesar de los esfuerzos realizados por el equipo médico, ha sufrido la amputación de ambas piernas  ya que los destrozos eran considerables.

Ambos accidentes, que algún medio achaca a la mala suerte, están siendo investigados por Navantia y han sido notificados a la Inspección de Trabajo.

Hechos tan lamentables no hacen más que afianzarnos en nuestro empeño por situar la prevención y salud laborales en primer lugar de las prioridades, no ya de Navantia, sino de todas y cada una de las empresas que entran a prestar servicio en cualquiera de sus factorías.

Aún a expensas de los resultados que puedan arrojar tanto la investigación interna como la que se lleve a cabo desde la Inspección de Trabajo, insistimos en la exigencia a la Dirección de Navantia de establecer un marco de regulación de la industria auxiliar, inexistente desde que se creó la compañia hace trece años.

En CCOO estamos convencidos de que la precarización de los contratos con la industria auxiliar, con licitaciones a la baja y a precios bajo costes, no conduce a otra cosa que a la explotación de los trabajadores y trabajadoras, a costa, no ya sólo de sus salarios y condiciones laborales, sino incluso de sus propias vidas, como los casos que nos ocupan, sobre todo el del compañero de Gaditana que la salvó de puro milagro.

Navantia, como empresa pública y con el plus de ejemplaridad que ello implica, debería ser inflexible en la exigencia a todas y cada una de las contratas que trabajan en sus centros de las condiciones y bienestar de sus empleados y empleadas y vigilar, sobre todo, que no escatimen medios en materia de prevención y salud laboral.